martes, 10 de junio de 2008

Cinco rarezas

Me planteé la posibilidad de empezar a escribir un blog gracias a la persona que me pidió, hace meses, conocer cinco de mis rarezas...

Así que quiero acabar REALIDADES aceptando el meme de José, aunque un poco tarde (nunca es tarde...) y dedicándole mi último post...

Quiero una nueva página... Hasta en internet.

Ahí va...


1. Soy inconstante, en todo. Puedo pasar de la risa al llanto en un minuto y de la desesperanza a la ilusión en medio. Y lo que hoy puede herirme, mañana puede parecerme insignificante. La constancia me aburre en cierta medida, pero adoro el equilibrio... Que no es lo mismo....

2. Puedo pasarme horas tumbada, con la mirada fija, hilando realidades, sueños, ficciones, probabilidades... Tejiendo un mundo paralelo. Imaginando historias, momentos, poniéndome en situaciones que podrían pasar... Y posiblemente nunca pasen.

3. Soy incapaz de concentrarme más de diez minutos. Mis sentidos reclaman su lugar, los ojos se me van hacia los lados, los oídos escuchan sin querer, mi cuerpo cambia de postura inevitablemente... Y mi mente... Simplemnete s eva, detrás de algún pensamiento intruso...

4. No me gusta ir con cascos por la calle, ni en el metro, ni en la playa... La música la entiendo en alto, no sólo para mis oídos... No me gusta ir por la vida aislada de los sonidos cotidianos...

5. Llevo siempre, siempre, siempre ( y si no en cuanto me doy cuenta la compro) una botella de agua en el bolso...



Aquí termino. Con ganas de tener ganas de inaugurar otro blog.

jueves, 24 de enero de 2008

Presente

Sé que sólo tengo este minuto, este segundo. Y aún así lo empeño por un puñado de recuerdos o por unas cuantas ilusiones.

Sé que no soy más que ahora. Pero este presente no es el que soñé, ni quizás llegue a ser memorable. Y aún a así, o quizás por eso, dejo que pase.

Lo que no tengo me persigue. Siempre. Hasta en el tiempo.

Hasta que deje de perseguirme y yo lo encuentre.

viernes, 18 de enero de 2008

Entretenimiento

Cuando la salud está un poquito enferma...
Hay que distraerla como sea!!!

Aquí dejo el link de un "buscaparecidos"

http://www.myheritage.es/FP/Company/tryFaceRecognition.php

lunes, 14 de enero de 2008

Sin respuesta (única)

A veces me cuesta distinguir si la persona que tengo en frente es alguien fuerte que se hunde a momentos o, por el contrario, alguien débil que lleva casi siempre a mano una máscara de fortaleza.

Sobretodo al mirar cara a cara al espejo.

Y a veces, sin hallar respuesta, pienso que, sin serlo, da lo mismo.

miércoles, 9 de enero de 2008

Cinco citas

Que Dios me conceda la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que sí puedo y la sabiduría para distinguirlas.
Reinhold Niebuhr


El mundo exterior podrá hacerte sufrir, pero sólo tú podrás avinagrarte a ti mismo.
Georges Bernanos


Son nuestras elecciones, Harry, las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades.
Dumbledore a Harry Potter


Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación.
Proverbio árabe.


Pasé la mitad de mi vida preocupándome por cosas que jamás ocurrieron.
W.S. Churchill

domingo, 6 de enero de 2008

La felicidad de la inocencia

Vuelvo a recuperar una historia que escribí hace ya tiempo... Conservo el título que le puse entonces.


LA FELICIDAD DE LA INOCENCIA

Su vida transcurría en una sucesión continua de sonrisas melladas y chispeantes. Sus ojos, abiertos como si cada segundo le dieran una sorpresa. Su metro veinte correteaba por el pasillo de casa cada día, con los brazos en forma de cruz, imitando al avión de playmóbil. Provocaba accidentes de coches sin parar, choques sin víctimas, sin un solo rasguño. Y contaba historias de lo que sería su vida a la edad de su padre. Tendría una casa de tres pisos, cuatro perros, la mujer más guapa y ocho hijos. Y sería bombero, y apagaría todos los fuegos de Barcelona, y salvaría a todo el mundo, y le darían mil medallas. Y también sería futbolista, y marcaría diez goles en cada partido, y se haría amigo de Ronaldinho.
Cantaba en primavera, chapoteaba en verano, perseguía a las hojas caídas en otoño y esperaba impaciente el invierno, porque en diciembre llegaba la Navidad.
Los Reyes Magos saldrían de Oriente montados en camello y cansados llegarían hasta el comedor de su casa. Y un año más se comerían el pedacito de pan con queso, y se beberían la copa de vino, y al ver sus zapatos del número treinta y dos le dejarían el saco lleno de todos los regalos que pidió en la carta.
Aquel cinco de enero se despertó a media noche, los nervios se habían instalado en su barriga y quería echarlos al vater para que fueran a parar bien lejos, hasta el mar.
Así que se levantó de la cama, abrió la puerta de su habitación y empezó a caminar de puntillas hacia el lavabo. Sabía que si Melchor, Gaspar o Baltasar le oían, pasarían de largo hasta la casa del vecino. Una vez en el pasillo escuchó la voz de un hombre. Estaba a la altura del despacho de su padre, así que entró y se escondió debajo de la mesa, inmóvil. Al día siguiente le contaría a papá que unos de los Reyes tenía la voz muy parecida a él. De repente escuchó hablar a alguien más, esta vez era una mujer, era la voz de mamá.
Qué susto, pensaba que los Reyes le iban a pillar despierto y sólo eran sus padres que aún no se habían acostado. Volvió a salir al pasillo, esta vez gateando, dirección al comedor para darles un susto. De repente se paró en seco. Los ojos como platos llenos de sopa al ver a sus padres colocar el avión, los colores, el monopatín, las películas de Disney y el escalextric al lado de sus botines, debajo del árbol de bolas y luces de colores, y comerse el queso, y beberse el vino, y llevarse el pan hacia la cocina.
Volvió a su habitación, cerró la puerta y se quedó sentado en el suelo apoyado en ella durante unos minutos. Ya no necesitaba ir al lavabo.
Se acostó. Y se durmió. Y soñó que todo había sido un sueño.
Pero ya no se despertó a las ocho de la mañana ni fue gritando hasta la habitación de sus padres para que le acompañaran a abrir los regalos, si es que los tenía, si es que se había portado bien. A las doce sus padres fueron a buscarle a la cama, un poco preocupados por su tardanza. Y se encontraron a un niño de mirada opaca, cuya sonrisa miraba al suelo en vez de querer rozar las nubes, que hablaba en voz baja y no quería darles un beso.

martes, 1 de enero de 2008

BIENVENIDO, 2008!!

Siempre me ha gustado el 8. De entre todos, me quedo con él.

Quizás porque me gusta su forma (curva, nada recta...) y simétrica, como la unión de dos iguales. Porque es un número par, totalmente compensado. O porque es un notable alto, sin llegar a la perfección del excelente (y es que a mí la perfección suele aburrirme).

O quizás porque me ha acompañado en bastantes ocasiones importantes de mi vida. Desde que nací.

Además, dicen que es el número de la justicia, de la equidad, del equilibrio, el símbolo chino de la buena suerte. El número de la abundancia, de la oportunidad y de las buenas perspectivas... El infinito vertical...
Pero yo eso no lo sabía cuando me empezó a gustar.

Quizás por eso me transmita tan buenas vibraciones este año... Porque es el 2008.
O simplemente porque cada uno conoce su ciclo, y yo creo que ya es hora de que mi rueda dé la vuelta...

Sea como sea, he decidido empezar el año visitando al mar. Así que mi Saxo y yo nos hemos dirigido rumbo a la Barceloneta y, previo pago de su guardería al aire libre - ni los festivos se puede aparcar gratis ya en la calle!!- me he puesto a pasear por la playa bajo un sol espectacular. Y me he tumbado sin toalla, necesitaba el contacto con la arena, y he cerrado los ojos para escuchar mejor las olas. Y he seguido paseando, y he visitado unos puestos hippies, y he vuelto a pasear. Y me he sentido feliz, completa. Con mi gorra blanca de punto y mis gafas de sol enormes... Parecía que me escondiera de algo... Todo lo contrario. Me hubiera puesto a gritar, a correr... Pero me he limitado a respirar hondo, y a sonreirme.
Me he sentido libre, con mil opciones por delante, atada sólo a mí misma, a una chica que últimamente se parece más a mí, y con la que me siento tremendamente a gusto.

Esta mañana hubiera podido ser diferente, pero no mejor. Y es que en mi caso no se trata de lo que hago, sino de cómo me siento. Eso lo aprendí ya hace tiempo. Y sí, me siento bien, ya desde hace un par de meses, me siento BIEN. Por nada, y por todo. Porque he aprendido a apartar pensamientos a tanta velocidad que consigo –a veces- evitar que se desarrollen. Porque –a veces- no quiero pensar tanto.

Y es que el año pasado, a pesar de lo que hice, a pesar de los momentos, de los viajes... El día a día no me cuidó demasiado, a pesar también de las mil sonrisas. Pero es que siempre me ha resultado fácil sonreír...

Esta mañana de uno de enero ha sido una muestra de lo que puede ser...

Sentir, sentir en positivo. Amar a la vida, tomar conciencia del paso del tiempo y creer que jugará a tu favor, sentirte fuerte, sentir que puedes... Sentir el sol, la brisa, el agua, el placer de la soledad... Sentir que quizás, sólo quizás, puedo influir en mi estado de ánimo, controlarlo –un poquito siquiera-, y no sentirme a merced de la luna, de las mareas, de la ansiedad, de elementos externos a mí... Creer que yo también puedo decidir –un poquito, insisto- en cómo me siento. Con creerlo me basta. Dicen también que la Fe mueve montañas.

FELIZ 2008!!