miércoles, 19 de septiembre de 2007

Daniela Vidal

La imaginaba en un jardín inmenso, correteando sin cansarse, con sus all star rosas del número más pequeño. En un campo llano y verde, repleto de flores, que misteriosamente aparecía en la cima de la montaña más alta, donde podía jugar sin mancharse su vestido blanco. La imaginaba con una mochila en la espalda, cargada de ilusiones – que no pesan -, dispuesta a partir en cualquier momento.
Sentía que sus ojitos azules nos observaban a cada instante, y que se entretenía conociéndonos desde allí arriba.
La veía sonreír continuamente, y hasta sentía sus carcajadas unidas a las nuestras, con ese brillo en la mirada capaz de hacerme aflorar un instinto hasta entonces dormido.
Sé que escuchaba atentamente cuando hablábamos de ella, intentando adivinar cuándo sería su cumpleaños.
A veces podía notar su enfado al vernos discutir, y no me costaba imaginarla con los brazos en jarra y el ceño fruncido. Y hasta llorando desconsolada, al temer que su anhelado viaje pudiera quedarse tan sólo en un sueño, en una intención de dos adultos que la engañaron.
Sé, que a pesar de todo, quería venir. Y yo la hubiera traído con la absoluta certeza de que sería feliz.
Pero su billete no podía pagarlo yo sola.

...Le hubiera comprado cualquier cosa que señalara apretando su dedo índice contra un cristal, y hubiera compartido sus primeros castillos de arena en cualquier playa, sin contarle que, a veces, los castillos se quedan en el aire...
Y la hubiera puesto en medio de los dos, agarrando una de sus manos mientras aprendía a caminar por sí sola...

Hace unos meses que no la encuentro a pesar de buscarla. Y la vuelvo a imaginar, esta vez escondida bajo un árbol, con la mochila en el suelo, observando como sus amigos van desapareciendo del paraíso en el que vive, y temiendo quedarse allí para siempre.

No escogería a otra niña entre todas las que pudiera tener.

Ahora la echo de menos, sin haberla conocido siquiera. Y si no pudiera traerla nunca a mi lado, me gustaría decirle que fue a ella a quien más quise, a pesar de que quizás ella nunca llegue a ser, y yo albergue dentro de mi a otra vida...

“Aquí está Daniela esperando a que le abran la puerta para salir...”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, muy bonito!.Yo tambien estoy haciendo un blog, todavia no se como poner algunas aplicaciones, te invito a conocerlo : http://unamagnificavida.blogspot.com/